París
Por primera vez en Francia, el Tribunal Supremo decretó que empresario no puede tener conocimiento de los mensajes personales enviados por un trabajador y recibidos por éste a través de un útil informático puesto a su disposición para su trabajo sin violar el secreto de correspondencia, aunque el patrón haya prohibido la utilización no profesional del computador.
En esta sentencia, que crea jurisprudencia en el Derecho francés y concede al correo electrónico la misma condición que a la correspondencia clásica, la máxima instancia judicial estimó que el trabajador tiene derecho, incluso en su tiempo y lugar de trabajo, al respeto a su intimidad y su vida privada.
Esta sentencia se refiere al caso que enfrenta a la empresa Nikon France con uno de sus antiguos trabajadores, despedido en junio de 1995 por una falta grave por pasar gran parte de su tiempo laboral realizando asuntos propios y utilizando para ello los métodos informáticos puestos a su disposición sólo para fines laborales.
Nikon presentó como prueba los múltiples ficheros que aparecían en el dossier que este ingeniero había abierto en su computador.
El caso llegó hasta el Supremo, después de que en marzo de 1999 el Tribunal de Apelaciones de París confirmara el despido del trabajador.
Efe
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