Preparar el bolso, un maletín o la computadora portátil; despedirse y salir rumbo al trabajo.
Para algunos empresarios, alejados físicamente de sus puestos, esta escena se repite apenas algunos días al mes.
Los desafíos diarios se reemplazan por una visión más organizada de toda la empresa.
Muchas veces, el trajín y la prisa con que se tienen que realizar las tareas no dejan ver a los directivos locales algún dato interesante que tienen delante de sus ojos. La posibilidad de contar con una visión más pausada y no tan involucrada provee a la compañía una gran contribución.
En la mayoría de los casos, los profesionales sustituyen la presencia física con la tecnología. Las comunicaciones -a través de telefonía o Internet - optimizan el entorno de trabajo.
Además, no se pierde tiempo en traslados diarios y esto también aumenta el rendimiento del empleado.
Según los objetivos que establece su función, la frecuencia puede ser semanal o mensual. Pero siempre hay que tener en cuenta que cuanto menos concurre a la compañía, existe un mayor riesgo de desarraigo con el empleado.
Una buena selección
Este tipo de cargos tendrían que ser ocupados por personas con una gran confianza hacia los demás. Este rasgo es imprescindible.
Hay que tener en cuenta que la distancia o la presencia irregular no permite supervisar la organización del trabajo.
Para lograr este grado de combinación -entre directivos ausentes y empleados de hábitos cotidianos - es necesario tener metas bien claras.
Si bien la distancia pone en riesgo ciertas actitudes -como la falta de pertenencia a una empresa o el desarraigo humano - muchas veces, esto se puede evitar con una correcta elección del personal.
Además de la confianza cuando se realiza una búsqueda para ocupar este tipo de cargo se deberían tener en cuenta aptitudes como claridad y seguridad.
Las disposiciones se deben transmitir con precisión y síntesis, ya que las herramientas de trabajo son, en varias oportunidades, el correo electrónico o el teléfono.
Los viajes también pueden ser un tema de conflicto. Si la familia depende de su presencia difícilmente puede efectuar este tipo de trabajo. Por eso, es importante conocer las características en la modalidad familiar y el tipo de vínculo que establece.
El trabajo a distancia, sumado a las condiciones favorables para el avance de la industria, puede constituirse en impulsor del progreso tecnológico y económico, pues posibilita la atracción de inversiones y la prestación de servicios de desarrollo mediante outsourcing.
Elegir el lugar geográfico de trabajo es otra gran ventaja. La disponibilidad y la flexibilidad son la clave para quien trabaja a distancia. Aunque hay ocasiones en las que sería más sencillo estar cerca para organizar una reunión, si se tiene la infraestructura tecnológica adecuada, la respuesta puede ser tan inmediata como si se estuviera presente.
fuente La Nación (ARG)
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