El termómetro que mide el ambiente laboral que se respira dentro de una compañía se llama encuesta de clima organizacional.
Esta herramienta es una de las más usadas por las empresas cuando se trata de conocer las reacciones, inquietudes y opiniones del personal acerca de los cambios que se realizarán dentro de aquélla.
Como una ventaja adicional, refuerzan la identificación del empleado con la empresa debido a que siente que su opinión está siendo escuchada y, de alguna manera, participará activamente en el proceso de cambio.
Sin embargo, algunas compañías prescinden de esta herramienta porque la consideran un arma de doble filo. Temen ventilar resultados poco satisfactorios entre el personal.
Herramienta polifuncional
Mientras que en el pasado este tipo de encuestas servía como fuente de información de las compañías antes de sentarse a negociar con un sindicato, hoy es de mucha utilidad para medir tres varibles de importancia: el clima interno, la satisfacción del cliente, y la rendimiento de los recursos humanos.
International Survey Research (ISR), empresa de origen norteamericano dedicada al desarrollo e implementación de encuestas de clima laboral para medianas y grandes empresas, desembarcó en América Latina de la mano de la consultora Expertise para ofrecer este servicios.
"En las encuestas de clima laboral se abordan temas como las condiciones de trabajo, el sueldo, las políticas implementadas desde el departamento de Recursos Humanos, la estabilidad de empleo y la posibilidad de desarrollo profesional dentro de la compañía. Todos estos puntos deben reflejar la cultura de la organización", explica Peter Foley, director de ISR para América latina.
Cuando una empresa decide iniciar una acción de este tipo, casi siempre es porque advierte que algo anda mal y tiene intenciones de solucionarlo. Otras veces, la idea surge del directivo nuevo, que necesita tener un panorama completo acerca de qué piensa su personal antes de implementar alguna medida. En menos casos, responde a una actitud preventiva.
Sin embargo, más allá de las razones que se tengan para realizar la encuesta, para que la medición del clima laboral logre los efectos esperados es preciso que esté acompañada por un eficaz plan de comunicación que recorra todo el proceso, desde el comienzo hasta el fin.
Este plan incluye una primera reunión de lanzamiento donde se informa que se va a realizar la encuesta. Luego, una vez en marcha, la compañía tiene que ocuparse por comunicar en qué etapa del proceso está y, sobre todo, cuándo se darán a conocer los resultados. Foley considera que el cumplimiento de estos pasos es fundamental para que la herramienta sea efectiva: "Cada vez que una compañía decide involucrar a todo su personal en una encuesta de clima laboral debe existir de su parte un compromiso de comunicar las conclusiones, aunque sean negativas. De lo contrario, la encuesta pierde efectividad y la empresa, credibilidad".
Por eso, como todo remedio, es preferible no abusar. Entre encuesta y encuesta es recomendable dejar pasar un tiempo no menor a dos años. Este período se puede extender si aún persisten los efectos de la anterior convocatoria.
"Hay que tener cuidado con no cansar al empleado. Si el trabajador aún no vio resultados concretos, es probable que se niegue a participar de otra encuesta", advierte Foley.
Diferencias culturales
Uno de los problemas que se plantean a menudo cuando se realizan estos sondeos entre los empleados de compañías multinacionales es la diferencia cultural. A pesar de que los participantes pertenecen a una misma organización, la realidad económico-social de los ...
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