Algunas veces, la relación entre la empresa y el empleado comienza a desgastarse y se acerca el tiempo del adiós. Las causas por las que alguien decide abandonar una compañía son variadas, aunque existen claros indicios que muestran que es mejor dar un paso al lado y empezar de nuevo.
El momento de la despedida es uno de los más difíciles de la vida laboral, pero puede ser el punto de partida hacia un futuro mejor. Por lo general, los que se van de la compañía por decisión propia buscan mayores desafíos, ya sea como empleados en relación de dependencia o como trabajadores independientes.
Sin embargo, antes de abandonar definitivamente el puesto, los especialistas recomiendan tener una opción laboral segura, debido a que el que tiene empleo es siempre más atractivo para el mercado que aquel que no lo tiene y, además, cuando alguien deja de trabajar pierde la posibilidad de actualizarse.
Las causas
La primera razón por la que un ejecutivo abandona una organización se da cuando hace una auto evaluación y siente que ya alcanzó su punto máximo de desarrollo dentro de esa compañía. Su talento y potencial no agregan más valor a la empresa, pero la firma tampoco le aporta nada más a él.
Otra de las causas importantes es la desmotivación. En muchas ocasiones, las compañías reducen su nivel de actividad por las circunstancias del mercado. Las posiciones gerenciales pierden los desafíos y se convierten en operativas. El ejecutivo empieza a pensar que en esa empresa ya no tiene posibilidades de crecimiento.
En ocasiones sucede que la persona deja de estar de acuerdo con la estrategia y los cambios organizacionales que está adoptando la compañía; por lo tanto, es preferible irse antes de quedar atado a decisiones corporativas que no se comparten.
La ausencia de alineación entre la dinámica individual y la de la organización es otro de los motivos. En muchos casos el ritmo de crecimiento de la empresa o el sector es más lento respecto del empleado y ahí también suele haber intención de abandonar la empresa y buscar otra alternativa. Este caso también se puede dar a la inversa, es decir, cuando la empresa tiene un ritmo de crecimiento mucho mayor al del empleado. Esto sucede cuando los ejecutivos pasan muy rápido de un sector a otro: provienen de las áreas más tradicionales a otras con mayor dinamismo y encuentran difícil la adaptación.
Outplacement y salarios
Otra de las razones tiene que ver con las reestructuraciones y la posibilidad de hacer un proceso de outplacement. Acá la decisión de dejar la organización parte de la empresa, pero algunos ejecutivos la perciben con bastante anticipación y deciden tomar la iniciativa antes de enfrentar esa situación crítica.
Esto sucede en pocos casos, donde los indicios son muy claros: reducción en la demanda de trabajo, menor relevancia de las tareas encomendadas, pérdida de espacios de poder, aislamiento y problemas de comunicación.
Otra posibilidad vinculada con los procesos de reestructuración es la decisión de irse cuando se sabe que se va a quedar en una posición incierta; de esta manera se gana tiempo en la búsqueda de otro espacio laboral.
Por último, siempre está la posibilidad de descubrir nuevas competencias, incluso al poco tiempo de empezar a trabajar. Estos casos se dan mucho en los jóvenes, que están cada vez más atraídos por Internet.
De todas maneras, un buen consejo es conservar el puesto hasta conseguir otro empleo: Por más desmotivado que esté el ejecutivo, siempre es recomendable quedarse hasta conseguir un puesto en otra empresa. Cuando uno deja de trabajar, aunque esté seguro de sus condiciones, pierde terreno y corre el...
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