Escrito por: Emilia Amado, Socia PricewaterhouseCoopers
Hoy día, la estructura organizacional forma parte de la estrategia de la empresa y es un tema prioritario en la agenda de los ejecutivos.
La rapidez en los cambios del entorno hace necesario revisar oportunamente las estructuras organizacionales.
Por ejemplo, cada vez que una empresa trata de alinear su estructura con mercados o clientes clave, o introduce un nuevo sistema de tecnología de información, requiere de un análisis profundo del diseño de su organización.
En estos casos el liderazgo en la conducción de un cambio estructural requiere de mucha disciplina e involucramiento.
La gerencia general desempeña un papel crítico y su rol es complejo y a veces hasta ambivalente. Se asumen riesgos?
Según el CIPD (Instituto de Desarrollo del Recurso Humano) solo el 60 por ciento de las reestructuraciones logran mejorar su participación de mercado y su eficiencia interna.
Dos terceras partes fracasan en áreas relacionadas con el clima laboral y la retención de personal valioso.
¿Cómo disminuir estos riesgos?
Según las investigaciones de referencia, las reorganizaciones más exitosas son las lideradas por ejecutivos con experiencia previa, dentro y fuera de la empresa en la que están en ese momento.
Son aquellos que ejercen una disciplina fuerte en la conducción de proyectos, con cronogramas y presupuestos responsables, pero que al mismo tiempo mantienen una apertura hacia el resto de la organización.
En fin, el rediseño de una organización es, en un momento dado, crítico para su desempeño y para la construcción de valor en la empresa. Por esto, para incrementar las probabilidades de éxito, se requiere de un fuerte liderazgo, con un entendimiento claro de la cultura y con habilidad para comunicar la nueva visión organizacional.
Si tiene comentarios para el autor escriba a: eamado@financiero.co.cr
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