Si las personas piensan que sus trabajos tienen un significado, canalizan sus esfuerzos hacia las funciones, es decir, se crea una relación estrecha entre compromiso y productividad.
Así lo concluyeron estudios e investigaciones realizadas por Hay Group, multinacional en consultoría de recursos humanos.
Para ejemplificar la situación se cita el caso de Patrick, un gerente de equipo en un call center que era considerado buen empleado: rápido, hacía lo que se le pedía y le agradaba a sus colaboradores.
Si le hubieran preguntado ¿cómo le iba en su trabajo? Él respondería ?bien, me pagan un salario adecuado?.
Repentinamente, y sin presentar quejas, Patrick renunció a su cargo, diciendo que otra compañía le había ofrecido un poco más de dinero.
Sin embargo, en realidad, se retiró porque no estaba comprometido con la organización.
Él, como millones de empleados, necesita creer que sus funciones son importantes, contribuyen con la empresa y las labores que realiza tienen un verdadero significado.
Seis meses después, antiguos colegas que hablaron con él dijeron que era otro. Aunque su trabajo no era distinto sentía pasión.
¿La explicación de Patrick?
?Las ventas por hora de mi equipo son 40 por ciento mayores que antes, pero es más que eso: en mi primer día recibí una capacitación en la que me enseñaron la visión y la misión de la compañía?.
Stephanie, la jefe en el nuevo trabajo, le explicó durante la inducción lo que debía hacer para alcanzar los objetivos de la organización y dedicó tiempo para ayudarle con las habilidades gerenciales.
Patrick no era un empleado estrella y la empresa anterior sufrió poco su desvinculación, pero las condiciones que condujeron a su partida podrían crear serios problemas, incluso perjudicar ganancias a corto y largo plazo.
Redacción elempleo.com
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